EE.UU. investiga el impacto de la importación de madera en la seguridad nacional: posibles nuevos aranceles
El presidente de EE.UU. ordenó al Departamento de Comercio investigar la amenaza que la importación de madera podría representar para la seguridad nacional y considerar medidas de protección.

Foto: Radek Kucharski, CC BY 2.0
El presidente de EE.UU. ordenó llevar a cabo una investigación sobre el impacto de la importación de madera, productos de aserradero y sus derivados en la seguridad nacional. La información al respecto fue publicada en el sitio web de la Casa Blanca.
Según la orden, el Departamento de Comercio debe analizar cómo afectan a la industria forestal estadounidense los suministros extranjeros, los subsidios gubernamentales y las prácticas comerciales depredadoras.
La base de la investigación es la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite restringir las importaciones si representan una amenaza para la estabilidad económica o defensiva del país.
El documento señala que la industria forestal estadounidense es capaz de cubrir el 95% de la demanda nacional en 2024, sin embargo, desde 2016, el país ha sido un importador neto de madera.
Se prestará especial atención al papel de los proveedores extranjeros, los subsidios gubernamentales y las posibles violaciones comerciales. El Departamento de Comercio también deberá evaluar cuán viable es aumentar la producción interna y reducir la dependencia de las importaciones.
En un plazo de 270 días, la agencia debe presentar al presidente un informe con conclusiones y recomendaciones, incluyendo la posible imposición de aranceles, cuotas u otras medidas de apoyo a la industria nacional.
La decisión podría afectar no solo al sector de la construcción, sino también al ámbito de la defensa, donde la madera se utiliza activamente, incluso en materiales innovadores.
Anteriormente se informó que Donald Trump ordenó investigar si la dependencia de EE.UU. de la importación de cobre representa una amenaza para la seguridad nacional.
También se supo que la UE y EE.UU. planean negociar sobre aranceles y cooperación económica, mientras que la Unión Europea propone reducir el arancel del 10% sobre los automóviles para evitar disputas comerciales y lograr un acuerdo más amplio.